A raíz de un espectáculo de arte contemporáne que hicimos un día indeterminado en el tiempo... siempre me quedó la asignatura pendiente de escribir algo que pudo haber dicho Gala, la musa de Salvador Dalí, a su gran amor...
Salvador ya yaciste,
Ya moriste: ya no existes.
Salvador me inmortalizaste
Y al limbo me alzaste.
Salvador
Falleciste y te evaporaste
Te he amado como a nadie,
Ayudándote a cada instante,
Leyendo para ti y escuchándote.
¿Para qué?
Para que genio te llamasen
¿Y yo qué?
Hijos no tuvimos
Mas de amor nos moríamos
Primero yo y luego tú, amor mío.
No hay pero que el destino
Que nos ha unido
Y luego desunido.
Mas cupido es cruel y mezquino.
¿Para qué vivir
si luego hemos de morir?
¿Para qué sentir
si luego hemos de partir?
Salvador mío…
¡¡¡Sálvame de este hastío!!!
Salvador te salvé del fracaso,
Te salvé del anonimato,
¿Y tú qué me diste?
¿Unos buenos cuadros?
¿Un museo?
Cuando yo fallecí
Sabía que tú me seguirías.
Sin mí no serías nadie
Y tú lo sabías
Porque nuestro arte
Era de los dos, era parte inseparable.
Era nuestro escape
Y mi forma de amarte.
Te apoyé sin pedir nada a cambio,
Te apoyé para que fueses alguien distinto.
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