
Hubo un tiempo en el que yo me enamoré. Me enamoré tan profundamente que di mi vida por esa persona. Esa persona es el que yo llamo mi “fantasma”. Acude a mi pensamiento por momentos, en determinadas ocasiones y en muchas canciones. Está omnipresente en mi amado presente... Yo estoy sola (como ahora) y el fantasma está: en una fotografía, en un poema, en mi computadora, en… mi… memoria. He intentado quitármelo de la cabeza de mil maneras, utilizando brebajes, trabajando sin pensar, viajando pero… mis sentimientos mandan y yo no lo puedo remediar. Le he querido, no lo niego, incluso amado hasta no poder más, hasta la perennidad. Ese fantasma ahora permanece en su castillo rodeado de pensamientos y de enclaustrados sentimientos, de sus “pajes” (que le cuidan y protegen sin él poder hacer lo que le pide el corazón y el alma) y de absurdos librejos sobre lo que es la vida y determinados brebajes cuan alquimistas. Ese fantasma es una persona humana, una muy buena persona, que respira y, muy probablemente suspira por amarme, pero tiene su cuerpo preso y seguramente su alma angustiada y agarrada. Antiguamente se diría que está durmiendo-cual bello durmiente en su castillo.
Actualmente, “tú, mi querido fantasma, estás en mi vida, en mis entrañas, en todo, lo quieras o no y no sé de qué te extrañas, yo he elegido no callarme para que mis sentimientos hablen por mis manos mediante este mensaje y que el viento no se lleve lo que siento, de hecho es un hecho, es una realidad pero nuestra historia transcenderá en el tiempo y en el espacio”. Yo siento y pues pienso que, cuando te sientes solo de verdad es cuando no funciona algo bien dentro. Sintiéndose mal uno mismo solo puede llegar a recurrir a brujas y a villanos que te convencerán de cuál es el verdadero mal de la soledad y te indicarán falsos caminos a tomar. A mí me gusta la soledad, con ella soy capaz de expresar aquello que no se puede tocar. Vosotros los fantasmas no sentís, sólo pensáis, intentáis que encontrarle a todo un sentido, una respuesta racional y no-emocional. Tú serás inmortal porque así lo dicen aquellos poemas que bien guardados y protegidos están.
Los míos entienden mi situación pero no me comprenden, no comprenden que yo te comprendiese desde el inicio de nuestro camino (incluso durante las piedras que se presentaron en su momento y de las cuales hay que lidiar y saltar). En cuanto nos cruzamos en esta vida tú y yo sabíamos por dónde había que ir. Me gustaría que me enseñases tu camino, retomar sin prisa, pero sin pausa, aquello que nos llevó a conocernos y, posteriormente, a amarnos. Yo no me enfado porque seamos diferentes o por pensar distinto, pues es ridículo. Vida sólo hay una querido fantasma y yo te esperaré, cueste lo que cueste, con el corazón en un puño, deseando a cada instante, escuchar tu amada y peculiar voz. En cuanto vuelva a escuchar tu… corazón… no sé lo que ocurrirá. ¡Revive fantasma mío! ¡Escucha a tu corazón! Él te sabrá guiar como lo hiciste antaño, el daño ya ha pasado, vivamos el presente con todas sus vertientes!.
Un día conocía a una anciana que me decía al oído: “señor, yo vendo tiempo, también se lo regalo, tiempo para pensar, para escribir, para enseñar al mundo lo que es la vida, para encontrar su camino, para crear, soñar, para leer, para…amar”.
Núria: yo te regalo todo el tiempo del mundo. Sabes que estoy aquí, que me puedes llamar en cualquier momento, cuando estés triste, apenada, alegre o angustiada.
Espero que te guste amor.
Un beso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario