Pinitencia es mi nueva creación: una creación multidisciplinar donde pretendo mostrar todas mis facetas y creaciones. El arte es subjetivo (como la vida en sí misma) así que a quien lo le guste...que no mire!
viernes, 17 de junio de 2011
Introducción de algo de teatro contemporáneo
Rodrigo García y La Carnicería Teatro
Rodrigo García es innovador, es transgresor y... es él. Muy valorado en Francia (para variar...). Para mí es un "friky", pero un buen friky: hace lo que quiere, cómo quiere y si no te gusta te levantas de la silla y te vas pensando que acabas de ver algo único. Es único. Este fragmento es de lo último que ha escrito. Para mí también es un dios cuando leo textos suyos y me digo a mi misma: "Dios... qué bueno!, joder! qué bueno!". Si tenéis ganas de leer buen teatro contemporáneo y muy arriesgado: buscadlo en google.
Ahora los bebés aprenden inglés en la maternidad. Salen del coño de la madre, se les corta el cordón del ombligo, se les limpia y seca, y se les lleva inmediatamente a la sala de al lado, junto a otros veinte recién nacidos, a recibir su primera clase de inglés.
En África y en Brasil los hijos son fruto del encuentro fortuito de un coño de trece años que acaba de estrenar ovulación y un chorro de esperma que pasaba por ahí. Son hijos del deseo y la libertad, son los hijos que no se planifican-como si un hijo fuera algo que se puede planificar, como un programa de una secadora de ropa-.
Esos hijos forman parte de un plan bello y a la vez siniestro del azar y la naturaleza, mientras que los hijos de las parejas del primer mundo son fruto del devenir de la economía, que tiene su lado siniestro, pero carece sin embargo de belleza.
Podéis, si os apetece, apuntaros a toda clase de curso y estar bien preparados, aunque yo os garantizo que cuando
Llega el desastre
El desastre llega
Y el desastre nos llega a todos
Y quien diga que su vida no es un verdadero desastre
Me miente.
Locos de amor de Sam Sheppard
Lógicamente este texto no es mío: ojalá... es uno de los mejores textos realistas universales junto al Tranvía llamado Deseo. Los/las alumnos/as de la escuela Espazo Aberto bebimos de él. Solamente es la primera escena pero es pura pasión. La historia es fuerte, desgarradora y visceral. Son dos medios hermanos: May & Eddie. Es mi escena favorita. No hay acotaciones porque acotan-nunca mejor dicho- el trabajo actoral. Espero que os enganche tanto o más que a mi.
Eddie: ¿Quieres que me vaya?
May: ¡No!
Eddie : ¿Entonces qué quieres?
May: Hueles.
Eddie: Huelo.
May: Hueles.
Eddie: Llevo varios días conduciendo
May: Te huelen los dedos.
Eddie: A caballo.
May: A coño.
Eddie: Vamos, May.
May:Huelen como a metal.
Eddie: No empecemos con esas idioteces.
May:A coño de rica. Muy limpio.
Eddie: Sí, claro.
May: Sabes que es verdad.
Eddie: He venido a ver si estabas bien.
May: ¡No te necesito!
Eddie: Muy bien. Estupendo.
May: ¡No te vayas!
Eddie: Me marcho.
May:¡¡¡No te vayas!!!
Eddie: ¿Que pasa? ¿Eh? ¿Qué tengo que hacer?
May: Ya lo sabes.
Eddie: ¿Qué?
May: Vas a quitarme de en medio.
Eddie: ¿De qué estás hablando?
May: Vas a quitarme de en medio, o vas a hacer que
alguien lo haga.
Eddie: ¿Y por qué iba a querer hacer eso? ¿Estás de coña?
May: Porque soy un estorbo para ti.
Eddie: No seas estúpida.
May: Soy más lista que tú, y tú lo sabes. Puedo oler tus pensamientos incluso antes de que tú los pienses.
Eddie: May, estoy tratando de cuidarte, ¿entendido?
May: Qué va. Te sientes culpable, únicamente. Cobarde y culpable.
Eddie: Fantástico...
May :Voy a matarla, ¿sabes?
Eddie: ¿A quien?
May: A quién...
Eddie: No me hables así.
May: Pienso hacerlo. La mataré a ella y luego te mataré a ti. Sistemáticamente. Con cuchillos muy afilados. Con dos cuchillos distintos. Uno para ella y el otro para ti. Para que la sangre no se mezcle. Aunque a ella voy a torturarla antes. A ti no. A ti te mataré de repente. En mitad de un beso, probablemente. Justo cuando creas que ya todo ha pasado. Justo en el momento en que pienses que has conseguido engatusarme. Entonces morirás.
Eddie: ¿Sabes cuántas millas me he apartado de mi camino sólo por venir aquí a verte? ¿Tienes idea?
May: Nadie te ha pedido que vengas.
Eddie: Dos mil cuatrocientas ochenta.
May: ¿Ah, sí? ¿Y dónde estabas, en Katmandú o algo así?
Eddie: Dos mil cuatrocientas ochenta millas.
May: ¿Y qué?
Eddie: Te echaba de menos. De verdad. Te he echado de menos más que a nadie en toda mi vida. No paraba
de pensar en ti todo el rato, mientras conducía. Podía
verte constantemente. A veces, sólo una parte de ti.
May: ¿Qué parte?
Eddie: El cuello.
May: ¿El cuello?
Eddie: Sí.
May: ¿Echabas de menos mi cuello?
Eddie: Te echaba de menos entera pero, por algún motivo, tu :cuello me volvía una y otra vez. Y por culpa de tu: cuello no paré de llorar.
May: ¿Llorabas?
Eddie: Sí. Lloraba. Como un niño. No lo podía controlar. Empezaba a llorar de repente, y luego me paraba... y después, otra vez, volvía a empezar. Durante millas y más millas. No podía parar de llorar. Me adelantaban algunos coches, y la gente me miraba. Tenía la cara desfigurada. No lo podía controlar.
May: ¿Eso fue antes o después de tu juerguecita con la
Condesa?
Eddie: ¡No ha habido ninguna juerga con ninguna Condesa!
May: Eres un mentiroso.
Eddie: La invité una vez a cenar, ¿vale?
May: ¡Ja!